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Nuestras Escuelas lo son de Patronato. Tienen un Patronato. De vez en cuando, en Úbeda, en Andújar, en Alcalá, unos caballeros amables, ilustres, visitan nuestros Centros, se interesan eficaz y generosamente por nuestras cosas. Preguntan los chiquillos, los alumnos, quiénes son esos señores que ellos ven descender del automóvil con una sonrisa, que vienen a celebrar en los locales de las Escuelas –acá o allá- una reunión importante. Preguntan y se les responde:
- Son los señores del Patronato.
¡El Patronato! Muy oportuno es que en estas columnas de SAFA digamos algo del Patronato de las Escuelas de la Sagrada Familia. Es conveniente que estemos enterados...
A tal fin hemos visitado al Padre Rector. Amablemente, el R. P. Bermudo, en su despacho, ha respondido a todas nuestras preguntas.
- Concretamente, Padre Rector, ¿qué es el Patronato de nuestras Escuelas?
El P. Bermudo clava en nosotros su mirada fija, muy peculiar:
- El Patronato es algo esencial en la Institución. Con pocas palabras: es la máxima representación jurídica de las Escuelas.
- ¿Su misión?
- Vela porque se cumplan los fines fundacionales, además de cuidar de la conservación y administración de los bienes patrimoniales de las Escuelas. Estas están dirigidas por la Compañía, pero representadas jurídicamente por el Patronato.
- ¿Quiere exponernos algunas de las funciones del Patronato?
- Son muchas. Anotemos como más importantes estas: la elección de localidades donde buestros Centros se establecen; la aprobación de las distintas clases de enseñanza que en ellos se cursan; la determinación del número de alumnos que pueden admitirse; señalar directrices generales en el orden docente; aprobar los presupuestos; procurar los bienes que sostengan económicamente cada una de las fundaciones; conservar el patrimonio.
- ¿Siempre el Patronato ha estado formado por los mismos componentes?
- Ha habido, a lo largo de la historia de la Institución, tres Patronatos. El primero data del 16 de agosto de 1943, fecha de la escritura fundacional; lo constituyeron los fundadores. El que ahora nos rige se constituyó el 7 de mayo de 1955.
- ¿Qué nos dice, Padre Rector, de los señores que componen el Patronato?
- Está formado por un grupo de hombres de alta significación, inteligentes, buenos y compenetrados con la Institución. Muchos de ellos son fundadores de Centros a los que dejaron patrimonios. Su labor es trascendentalísima, pues a sus cualidades personales y humanas se une una gran capacitación. Muy relacionados, de otra parte, con el mundo de las finanzas y con el de las industrias, informados además de sanas y vehementes inquietudes sociales, el beneficio que de su actividad alcanzamos es notable en todos los aspectos.
Nos facilita el Padre Rector el nombre de cada uno de los miembros del Patronato.
- La Presidencia de Honor –nos dice- corresponde al Jefe del Estado. Es obvio hablar de la gratitud de las Escuelas al Caudillo; está en el ánimo de todos. Las vicepresidencias de honor recaen en don Luis Carrero Blanco, ministro subsecretario de la Presidencia y en don José Antonio Girón de Velasco, decididos valedores, en todo momento, de nuestros afanes e intereses.
El Padre Rector antes de continuar con su relación, aclara:
- Es una suerte que las Escuelas, nacidas de la nada, encontrasen desde el primer momento a este plantel de hombres generosos. La providencia deparó esta ocasión magnífica. Nuestro Presidente efectivo ,don Luis Valero Bermejo, conoció a la Institución desde su cargo de Director General del Instituto Nacional de la Vivienda. Su vinculación con nosotros fue tan sincera, tan decidida, tan viva y entusiasta que, dimitido en su cargo, continuó no obstante, en la Presidencia del Patronato.
- ¿Cuáles son los demás miembros del Patronato?
- Vicepresidentes efectivos, el Padre Provincial de la Compañía y don José María Benavides Bueno, encarnación eficiente del interés y generosidad de dos ilustres familias –los Benavides y los Bueno- hacia las Escuelas. Secretario del Pleno, don Agustín Serrano de Haro, un hombre enamorado de la escuela y gran autoridad en materia pedagógica. Vocales: Don Fernando Coca de la Piñera, que a través de sus cargos de Gobernador Civil y Director General de Previsión, mucho trabajó por nosotros. Don José María Echevarría, Secretario Gestor del Plan Jaén, impulsor de primera línea del resurgimiento de nuestra provincia. Don Ignacio Osborne, Conde de Osborne, protector del Centro de El Puerto de Santa María, cuya representación social se impregnó siempre de cristianísima nobleza. Don Cristóbal Millán Poblaciones y don Bonifacio Ordóñez que, en Villacarrillo el primero y en Úbeda el segundo, apadrinaron con constancia ejemplar, inasequibles al desaliento, nuestros tiempos difíciles. Don Javier Benjumea Puigcerver, Director General de "Abengoa" e "I.S.A.", entidades íntimamente relacionadas con nuestras Escuelas gracias a él. Doña Ana Benavides, dama abnegadísima y magnánima, cuya ayuda inolvidable, cuya intercesión con el P. Villoslada, logró para Úbeda el logro, quizás no valorado todavía lo suficientemente, de las Escuelas de la Sagrada Familia. Don Antonio Sáez de Montagut, Presidente del Consejo de Administración de Metalúrgica "Santa Ana", que tanto trabajó por nuestra proyección social en Linares. Finalmente, formamos parte del Patronato, el Padre Rector y el Padre Prefecto General.
No nos dice nada más el Padre Rector. Añadiremos nosotros –aunque no es preciso, ¿verdad?- que la colaboración (más que colaboración claro, porque es consagración) de los Padres Manuel Bermudo de la Rosa y Cristóbal Sánchez, unidas al decidido afecto de los Padres Provinciales de la Compañía, en las tareas del Patronato, es como la plasmación de la preferente atención de la Compañía de Jesús hacia la Institución por un jesuita fundada, del mejor espíritu ignaciano informada y garantizada.
Y ya –sucintamente- hemos dicho algo sobre el Patronato, sobre su misión y sus funciones, sobre la envergadura de su cometido... Es tarde y tenemos que despedirnos del Padre Rector. Pero es tema que llenaría muchas cuartillas más...
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